Cómo manejar correctamente las emociones

CÓMO MANEJAR CORRECTAMENTE LAS EMOCIONES

Aprendimos que las emociones necesitan ser controladas, pero ¿cómo podemos manejarlas correctamente?

“Entrégale tus cargas al Señor, y Él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan” (Salmo 55:2).

Debemos darle un nombre.
Lo primero que hay que hacer es identificar que es lo que estamos sintiendo, ya sea frustración, enojo o tristeza, no podemos cambiar o manejar algo que no sabemos ni que es, para descubrirlo debemos de preguntarnos ¿Qué sentimos realmente? ¿Qué desencadena esta emoción? Quizás un supervisor nos hace enojar y lo descargamos después con nuestros hijos o cónyuge.  Debemos preguntarnos cuál es el detonante, qué es el gatillo que dispara lo que siento, a veces puede ser un olor, puede ser un sonido, un toque físico, un recuerdo, una palabra o cierta de actitud de otra persona.

 Debemos discernirlo y desafiarlo. “Ponme a prueba Señor, interrógame, examina mi corazón, mis intenciones y mi corazón” (Salmo 26:2).
¿Qué hacer con los sentimientos negativos? No debemos aceptar automáticamente lo que estamos sintiendo, ni asumir que es verdad, debemos desafiarlo y discernirlo, no tenemos que aceptar todos los pensamientos que vienen, ya que no todos son verdad, ¡soy feo!  hay que preguntarnos ¿de veras soy feo?  No aceptes ese pensamiento automáticamente, preguntante ¿En realidad las cosas están tan mal, así como yo me siento? ¡No, a lo mejor no!, ¿De veras se te acabó el mundo? ¡Quizás no! Preguntémonos ¿Cuál es la verdadera razón por la que estoy sintiendo eso? ¿Es verdad esto que estoy sintiendo?  ¿Me está ayudando esto en realidad o me está hiriendo más? Si no te está ayudando, cambia eso, tíralo, despídete de esa emoción.

Debo domarlo y cambiarlo.
 Cuando estás afectado de tu ánimo tienes dos opciones: Cambiarlas y Canalizarlas. Así como los malos pensamientos tiene siete segundos para cambiarlos.  Hay emociones tan destructivas y tan dañinas que liberan adrenalina y nos consumen, nos producen úlceras, mal estado de ánimo y alteraciones nerviosas, debemos preguntarnos ¿Qué haría Jesús en esta situación? ¿Le estaría gritando el Señor a mi cónyugue ?, ¿se estaría metiendo el Señor Jesús a este bar para desahogarse de esa emoción que tengo? ¿Se estaría poniendo los guantes con el supervisor?, ¿Cómo estamos usando el enojo?  Debemos aprender a canalizarlo para lo bueno, para construir y no destruir, para hacer justicia y no injusticia, para perdonar y no para odiar.

Piénsalo:

¿Qué has hecho con las emociones negativas, les das rienda suelta o las controlas?
¿Qué has estado sintiendo últimamente que te ha hecho reaccionar equivocadamente?
¿Qué has estado asumiendo como una verdad y te ha descontrolado emocionalmente?